"El lugar del espectador
está manipulado políticamente"
está manipulado políticamente"
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| Foto: Gentileza de La Gaceta de Tucumán |
Reportaje publicado en
La Gaceta de Tucumán
Lunes 4 de Julio de 2011
EL CAMPO DE LA MIRADA
"El psicoanálisis permite pensar desde otro lado la teatralidad del teatro"
LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
El Dr. Gustavo Geirola, dramaturgo "tucumano por adopción",
dictó un curso de posgrado.
El espacio de la praxis teatral. Un modelo.
Definir a Gustavo Geirola no es una tarea fácil. Apenas se rasca un poco la capa más superficial de su currículum (licenciado en Letras por la UBA, doctor en Letras por la Universidad de Arizona), las posibilidades se decantan por la negativa. "No soy un director profesional y tampoco soy un psicoanalista profesional", dejó aclarado a poco de comenzar la primera jornada del curso de posgrado "La puesta en escena en/desde el Psicoanálisis. Una política de la mirada", organizado por el Doctorado en Psicología, de la Facultad de Psicología de la UNT en conjunto con las secretarías de Posgrado de las facultades de Filosofía y de Artes.
Pues bien: quizás sea ese "no lugar" desde el que Geirola mira donde el desafío que se plantea alcance su mayor dimensión: abordar el espacio que queda entre el texto dramático (literario) y el texto espectacular (la representación); espacio "lleno de técnica y saberes pero no sistematizado", describió. Es el espacio del ensayo, en su sentido más amplio, porque incluye la pre y la posproducción. Es el espacio de la praxis teatral, la que le compete al teatrista a la hora de pensar su práctica ("no al semiólogo, ni al lingüista, ni al teórico...").
Desafío, se afirmó, porque en el libro que está escribiendo y que -dijo- espera poder publicar "por fin" el año que viene, Geirola está abriendo camino. Buscando/construyendo un modelo que le permita acercarse formalmente al fenómeno de la teatralidad, y el modelo elegido es el psicoanálisis.
- ¿A qué se refiere con eso de la teatralidad? ¿En qué se diferencia del teatro?
- El de la teatralidad es un campo mucho más amplio, un campo de relaciones intersubjetivas mediado por la mirada. La vida está teatralizada. La sociedad impone a cada uno una serie de roles y todos se van más o menos asumiendo según los mandatos. Y en estos campos entra en juego siempre el poder. Por eso lo de las políticas de la mirada. En el caso del teatro, que es lo que estoy trabajando, podemos decir, con Roland Barthes, que la teatralidad es el teatro menos el texto, es decir todo lo otro que se pone en juego en la escena. Lograr formalizar ese "todo lo otro" es lo que me propuse.
- ¿Cómo lo lleva?
- Bien, muy bien, si se tiene en cuenta que no busco respuestas. Voy logrando formular un sinnúmero de preguntas, cuestionando lo que se supone que se comprende. Porque cuando uno comprende anula la posibilidad de ir más allá. El asunto, entonces, es abrir un abanico de preguntas básicas como "¿qué es un ensayo?" Se trata de no aceptar lo dado como lo que debe ser.
- ¿Por qué habría que cuestionarlo?
- Por muchos motivos. Desde el Renacimiento se da por supuesto que ver teatro equivale a sentarse quieto y mudo en una butaca, generalmente a oscuras. Se montan obras muy contestatarias, muy revolucionarias desde las ideas, pero sin cuestionar el formato. Y es en el formato donde reside realmente la política de la mirada.
- ¿Cuáles son las consecuencias?
- Sabiendo que en la puesta en escena intervienen muchas más variables que las que indica el texto, la puesta se modifica sustancialmente. Entre esas variables podemos mencionar el deseo, el placer, los mandatos, los modelos...
- ¿Por qué el psicoanálisis?
- Precisamente por eso. El psicoanálisis se ha planteado el tema del deseo y el tema del lenguaje. Además hay una teatralidad involucrada en el psicoanálisis, y no sólo por su vocabulario o porque ha tomado del teatro muchos elementos. La historia de Edipo es la más elemental. Ciertos conceptos, como los de transferencia, placer, economía libidinal, y toda la concepción de la mirada, permiten repensar elementos que se toman como naturales, dados.
- La clave, en consecuencia, sería no tomar lo dado como verdadero...
- No sólo eso. El psicoanálisis, además, ha desarrollado una técnica para tratar con el deseo. Y un modo de trabajar con la teoría que tiene la honestidad de reformularse cuando la técnica abre caminos que no estaban previstos. Técnica y teoría se retroalimentan sistemáticamente, y ese me parece un muy buen modelo.
- ¿Hay más paralelismos?
- Se me ha ocurrido, por ejemplo, plantearme el ensayo con rasgos semejantes a los de la sesión: hay un pacto (la praxis, decía Lacan, es una acción concertada por sujetos humanos para trabajar con lo simbólico), una técnica y dos factores que atraviesan ambos campos: el deseo y el fantasma. Además, el psicoanálisis me permite pensar el espectador, que es diferente del público. Suele pensarse en la máscara que construye el actor (personaje significa eso, máscara), pero no se piensa que del otro lado también se asume una, precisamente, la de espectador. Y ese lugar no está dado ni es inocente; es un lugar construido manipulado políticamente. Eso me permite como director plantear desde dónde el ciudadano, que ya viene con sus máscaras, va a mirar lo que se le ofrece, dónde lo voy a sentar, a qué distancia en qué posición... y Lacan describe tres, las de tres estructuras freudianas. Por ahí hay más, pero nadie las investigó, de modo que por ahora este es "el modelo". Y la premisa también es lacaniana, del Seminario 10: "tomo lo que me interesa de quien me interese, les guste o no".
Gustavo Geirola en pocas palabras
Licenciado en Letras por la UBA y doctorado en Letras en la Arizona State University, es profesor en el Whittier College (Los Ángeles), profesor visitante en The Catholic University of America (Washington) y asistente de Investigación y de Enseñanza en The Arizona State University. Sus primeras incursiones en el teatro, contó, se deben a "la perseverancia de Carlos Alsina", con quien fundó "Teatro de hoy". Fue muchos años docente de Teatro de la Facultad de Artes de la UNT y en la Universidad de Salta (Orán). Entre sus obras de teatro se destacan "El paraíso de las hormigas" y "Un brindis bajo el reloj". Su investigación titulada "Arte y oficio del director teatral en América Latina" (están publicados cuatro de los seis tomos) ha recibido el premio Teatro del Mundo 2004, otorgado por la UBA.
